Entre sus espectáculos destacó “La metamorfosis”, donde era atado e introducido dentro de un saco, e introducido de nuevo dentro de un baúl atado y sujetado con candados. Entonces su ayudante Beatrice Rahner, se subía encima del baúl, levantaba una cortina durante varios segundos y al bajarla mostraba a un Houdini liberado en el lugar que ocupaba la ayudante, y ésta dentro del baúl y del saco.
Una de sus proezas mas increíbles consistió en introducirse en una caja cerrada con llave, sellada con cinta de acero y lanzada al agua en Battery Park de Nueva York. Houdini apareció en la superficie en 59 segundos.
En el número conocido como “Bidón de Leche”, se llenaba de agua un bidón de leche en el que era sumergido completamente y del que escapaba tras unas cortinas, fuera de la vista del público. Entonces pedía a la gente contener la respiración tanto como él mientras intentaba escapar a la misma vez que un gran reloj mostraba el paso de los minutos.
Otro de sus números más grandiosos fue la Cámara de Tortura China donde era sumergido en un enorme «acuario» colgado boca abajo por los pies, y de donde escapaba al cabo de unos interminables minutos. Lo último que veían los espectadores, antes de que una cortina lo tapara, era la aterrada cara de Houdini, sumergido, golpeando el cristal.
El final de la vida de Houdini se produjo en extrañas circunstancias a los 52 años.
Un día de octubre de 1926 unos estudiantes universitarios visitaron a Houdini mientras descansaba tras haber finalizado uno de sus espectáculos. Uno de ellos le retó a recibir unos cuantos golpes en el abdomen, para comprobar si su resistencia física era tan legendaria como se decía. El mago aceptó sin miedo. Sin embargo, antes de que pudiera prepararse adecuadamente, recibió un primer fuerte puñetazo, al que siguieron varios más. Aunque aguantó el envite como un buen actor, había sufrido sin saberlo una rotura de apéndice.
Por su carácter Houdini quiso seguir trabajando durante los días siguientes a pesar de padecer fuertes dolores y fiebre. Finalmente sufrió dos desmayos en una actuación y fue hospitalizado. Tras varios días luchando contra la enfermedad, pareció rendirse ante lo inevitable. Le dijo a su hermano Hardeen:
“Estoy cansado de luchar. Creo que esta cosa me va a vencer.”
En la madrugada del 31 de octubre de 1926, el día de hallowen, Houdini fallecía a los 52 años. Los médicos confirmaron que la causa de la muerte se debía a una peritonitis. Su apéndice tal vez llevaba días inflamado antes del incidente con los estudiantes.
¿Pero fue ese el ultimo número de Houdini?. No. Aún quedaba un último número.
El mago dedicó muchos años de su vida a desprestigiar a los médium y a todo lo relacionado con lo paranormal, haciendo de cazafantasmas y dejando en ridículo a los creyentes de lo paranormal. Por ello diseñó un reto definitivo aprovechando su propia muerte, ideando un código secreto que compartió únicamente con su mujer, consistente en diez palabras secretas (curiosamente, extraídas de una carta de Conan Doyle con el que fraguó una gran amistad y posteriormente se enfrentó debido a que el escritor creía en lo paranormal), y que usaría si alguna vez contactaba a través de algún médium "desde el más allá", de modo que su mujer pudiera tener la certeza de que el contacto era real.
Diversos espiritistas aseguraron haber entrado en contacto con el espíritu de Houdini, especialmente uno llamado Arthur Ford, pero su mujer nunca recibió el código secreto.
Al cabo de diez años, su esposa celebró una última sesión, sin éxito, apagando entonces una vela que simbólicamente había mantenido encendida junto a la fotografía de Houdini. «Diez años son suficientes para esperar por cualquier hombre», dijo. Desde ese día, es tradición entre los magos celebrar sesiones en las que se invoca al espíritu de Houdini cada 31 de octubre.
